miércoles, 4 de mayo de 2022

GRANDES LECTURAS DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (11). Hoy: EL CAPITÁN TRUENO de VÍCTOR MORA

Quizás sea un poco injusto atribuir todo el éxito de este carpetovetónico personaje del tebeo patrio a su creador, el muy eficaz Víctor Mora, padre de otras insignes criaturas del cómic español, como El Jabato, El Corsario de Hierro o Dani Futuro, por citar los más conocidos y de mayor grato recuerdo. Sería injusto porque supondría obviar la potente encarnación gráfica del personaje y sus adláteres por parte de ilustradores tan capaces como Miguel Ambrosio Zaragoza (a. Ambrós), Francisco Fuentes Man o el genial portadista Antonio Bernal Romero, por citar los más señeros ilustradores, siempre dentro de su etapa "clásica". Los que hemos seguido a lo largo de los años la evolución del eterno héroe de Mora hemos apreciado también sus posteriores reencarnaciones, a las plumas y pinceles de Luis Bermejo o John M. Burns, entre otros.



El Capitán Trueno, héroe medieval por excelencia de los tebeos nace en el ya lejano 1956, acogido en la "escudería" de una editorial Bruguera en pleno desarrollo, llegando a ser uno de sus principales valores. El formato escogido para su lanzamiento fue el característico cuadernillo apaisado, en entregas semanales, tan en boga en la época, concretamente de 17 x 24 cm., con doce páginas en blanco y negro, cosidas con grapa, con portada en cuatricromía y contraportada en tinta azul. Su precio en origen fue de 1 peseta con 25 céntimos, siendo actualizado hasta las dos pesetas a lo largo de sus 618 entregas, extras aparte, que alcanzaron hasta 1968. Entiendo que se trataba de un precio contenido, al alcance de las economías populares a las que se orientaba este tipo de productos. Vine a conocer muchos de estos "cuadernillos" en mis primeros años como lector contumaz. Eran habituales en quioscos y puntos de venta de revistas y tebeos, por no olvidar tampoco la cultura de la venta de saldo y cambio de publicaciones en vigor entonces. Pero sin duda lo que más me impacto fue la reedición de las aventuras del Capitán Trueno en formato revista/coleccionable semanal. Bajo el título de "Trueno color", editada, igualmente por Bruguera entre 1969 y 1975. Era una publicación muy llamativa, a lo que contribuían especialmente las nuevas portadas a todo color, creadas por Antonio Bernal Romero, que asentaron la icónica imagen del personaje y sus compañeros de aventuras. En el interior, cosidas con grapas, se ofrecían 20 páginas en color, de las que se sucedieron 297 entregas. En mi inocencia infantil, sobre todo en los primeros años, no percibí las "tropelías" que sufrieron aquellos materiales por parte de la editorial. De entrada los chillones colores y la rotulación, ambos mecánicos le conferían una estética kitch. Las páginas, ahora en formato de 21 x 30 cm. eran un remontaje de los cuadernillos originales, junto con los extras y otras apariciones en semanarios de  la casa, como Pulgarcito. Para ello se eliminaron viñetas, se condensaron aventuras o se llegaron a suprimir antiguos episodios. Para más inri, la censura preventiva ( la llamada "Ley Fraga" estaba vigente entonces y nadie quería ver su publicación "secuestrada" por el Gobierno) provocó extraños efectos gráficos, que ocasionaron manipulaciones y mutilaciones de los originales. Así, se borraron armas que sí que estaban presentes en los cuadernillos, en aras a ocultar la violencia explícita en las publicaciones infantiles y juveniles. En esta línea, muchos malvados de las aventuras de Trueno alzaban el puño amenazante, donde otrora manejaban espadas o dagas. Igualmente, algunos secundarios, víctimas de los malhechores, caían abatidos por invisibles flechas que sí que se vieron originalmente en los cuadernillos. Pese a todo, los guiones de Mora seguían teniendo fuerza y su producto fue consumido por generaciones de lectores, que disfrutamos con sus historias. A ello contribuyó la actitud fagocitadora y recicladora de Bruguera que, junto a otras editoriales, reeditó ad nauseam las aventuras del Capitán Trueno...
Pero, quién era aquel afamado personaje, icono de los tebeos de evasión de la España del siglo XX? 
En sus orígenes, nos encontramos con un trasfondo histórico, ciertamente algo peculiar, aunque bastante consistente: un caballero, un "capitán" de las huestes hispánicas que participa en la Tercera Cruzada. Así nos lo encontramos en sus orígenes, concretamente en el primero de aquellos míticos cuadernillos, en el asedio de Acre, junto al resto de las huestes cristianas, donde se pone de relieve su gran familiaridad, nada menos que con el famoso monarca Ricardo "Corazón de león", uno de los "codirectores" de aquella cruenta empresa, junto con Felipe Augusto rey de Francia. Esto es, nos encontramos pues en 1191, por lo que las coloridas aventuras de Trueno comienzan a fines del siglo XII y se desarrollarán durante el subsiguiente siglo XIII. Decía que su ambientación histórica es peculiar y es que, salvo excepciones, la inmensa mayoría de los caballeros hispánicos se dedicaban a su "propia cruzada", contra los invasores musulmanes de la península. En la época además, las rencillas entre los propios reinos hispanos no eran infrecuentes, llegando a los enfrentamientos armados en ocasiones. 
Y, cuál era el origen de este singular caballero errante? Por la iconografía del propio personaje vemos que luce en su sobrevesta un escudo heráldico que, sin ser un experto en la materia, parece estar basado claramente en el de la Corona de Aragón, motivo que se repite en el propio escudo del caballero. No debemos andar tan descaminados en esta atribución ya que, la propia Wikipedia atribuye, entendemos que tomando como fuente al creador del personaje, Víctor Mora, un origen catalán para el Capitan Trueno. Sin duda un homenaje a la patria chica de Mora. En cualquier caso, tenemos una referencia al nacimiento de nuestro héroe en una región costera del norte de Cataluña e incluso una estimación de su año de nacimiento, en 1162...
Se trataría del primogénito de un linaje nobiliario que, renegando del imperante sistema feudal, cede sus derechos en favor de un hermano menor y emprende, para alegría de sus lectores, una vida errante y llena de aventuras. En su periplo conocerá a quienes serán sus leales "secundarios": el forzudo y tragadaldabas Goliath, de origen humilde. Su joven protegido y escudero Crispín, huerfano involuntario ni más ni menos que de los duques de Normandía! Y, por último y no menos importante: su eterna prometida: la nórdica Sigrid, primero hija de un pirata pero pronto ascendida al papel de reina de Thule. Es menester citar cómo, en la cultura popular del pasado siglo, se relataba aquella anécdota, algo chusca, de que el Capitán Trueno había sido el primer español que se ligó a una sueca... reflejo de los anhelos de los varones de la España del "desarrollismo", que asistían, entre atónitos y sobreexcitados al espectáculo del nuevo fenómeno del turismo de masas, ejemplificado por la desconocida presencia hasta entonces, en aquel pacato y reprimido panorama de la posguerra, de las veraneantes playeras extranjeras y sus pecaminosos bañadores y bikinis...
Pero nos desviamos del hilo de la historia, volviendo a sus orígenes catalanes, una obra del cómic más reciente viene a explorar precisamente aquellos años juveniles del Capitán Trueno. Nos referimos al álbum titulado "Silencios. La juventud del Capitán Trueno", donde, con una estética ronpedora se narran las primigenias aventuras de Trueno y Goliath y se explica el alias, ciertamente algo anacrónico, del "Capitán" ya que, tal denominación no es propia del sistema militar del medievo. "Silencios", con guión de Pepe Gálvez y dibujo de Alfonso López fue publicado en 2006 por Ediciones B, del Grupo Zeta. 
Pero volvamos a la icónica y ortodoxa imagen de estos exitosos personajes.
El Capitán Trueno se presenta, invariablemente, siempre listo para el combate. Viste una cota de mallas de acero, integral, con manga larga y perneras. En el primer cuadernillo aparece con yelmo cerrado que abandona acto seguido para mostrar su rostro, cuyas facciones lo harán inmediatamente reconocible para sus lectores. Además de la cota de malla, porta escarpes metálicos en los pies, grebas o espinilleras envolventes y muñequeras igualmente metálicas. En un cálculo optimista nuestro héroe lleva encima, pues, unos 25-30 kilogramos de acero. Puede parecer mucho peso, pero hay que recordar que iba distribuido por todo el cuerpo y que, sabemos por las fuentes de época (y por los trabajos experimentales de los especialistas en "reconstrucción histórica") que los combatientes eran capaces no solo de moverse, sino de combatir con soltura revestidos de aquellas protecciones, bien es cierto que se limitaban a los periodos de actividad en batalla, mientras que nuestro héroe las lleva siempre, incluso duerme con ellas y es capaz de nadar y bucear con ellas puestas, lo que es verdaderamente una proeza sobrehumana, digna del mejor superhéroe. Hay que señalar que la cota de malla es bastante conforme al periodo cronológico que atribuye Mora a su creación, no tanto las grebas y, decididamente fantasiosas, son las muñequeras, heredadas del convencionalismo fake de Hollywood de representar a cualquier combatiente de la Antigüedad con dicho aditamento, que poco bien les hubiera hecho en la realidad. Lógicamente, bajo la cota de mallas nuestro héroe debiera haber portado una vestimenta acolchada, para mitigar los golpes y limitar la penetración de las armas aguzadas, pero este detalle quedó en el tintero. Le vemos vestir bajo ella una túnica y cubriendo la coraza una sobrevesta con el citado emblema heráldico. La sobrevesta se presenta en las portadas de los cuadernillos tanto en rojo como en amarillo, incluso en negro, a través de la imagen creada por Ambrós, pero será Bernal, en las portadas para el "nuevo" Trueno Color quien introduzca el canon más extendido. El capitán se presenta ahora con una túnica sobre la cota de malla de color blanco o crudo y una sobrevesta azul, donde resaltan los colores rojo y amarillo de su escudo de armas. 
Hay que decir que, en la vida real, la cota de mallas habría de mantenerse periódica y adecuadamente, librándole del óxido que podría crearle el propio sudor del caballero o las inclemencias atmosféricas (no digamos ya si se utilizará para nadar, como en las aventuras de Trueno...). Sabemos, por las fuentes y por los reenactors que experimentan con copias fidedignas del armamento antiguo, que el óxido se eliminaba con arena, por su capacidad abrasiva. Así, por ejemplo, se introducía la cota en un barril con arena y se hacía rodar. Después habría que cepillar la cota y por último engrasarla o aceitarla, para frenar la aparición de nueva oxidación. De este modo quedaría lista para un nuevo combate. Obviamente el expediente de llevar la cota puesta 24 horas al día, 365 días al año es algo tan irreal como dañino, por no mencionar lo antihigiénico de semejante práctica! Literalmente los eventuales merodeadores podrían oler el vivac de Trueno y compañía a leguas de distancia...
En aras a la caracterización de los personajes con una iconografía fácilmente reconocible por los lectores, el resto de los personajes visten de formas características, algunos tan bizarros como el sempiterno amigo y escudero Goliath. El gigantón, ex leñador, porta una túnica de media manga, a rayas horizontales, en ocasiones combina el negro o el azul con el amarillo y lleva las piernas al aire. La vestimenta, y en general, todo el aire del personaje, remiten más bien al aspecto de un forzudo de circo de la época victoriana (caracterización que comparte con otros ilustres secundarios de Mora, como Taurus, el amigo de "El Jabato"). Lleva parche en el ojo izquierdo y barba, dándose un cierto look de pirata. Sobre la túnica, dos anchas correas de cintura a hombros, tachonadas de clavos metálicos y un cinturón. El "Cascanueces", como también es conocido, empuña una colosal cachiporra de madera como arma principal. Calza sandalias y espinilleras, aparentemente de cuero y, por supuesto, porta también muñequeras.
Crispín se presenta con una vestimenta que podríamos considerar un cruce entre un pajecillo o heraldo y un bufón, a lo que contribuyen los "flecos triangulares" de su vestimenta. Parece vestir una túnica de manga larga, con un "refuerzo", a modo de capelina, rematado por los icónicos flecos triangulares, que también están presentes en el borde inferior de la túnica y en los puños. Su color oscila desde el crema o amarillo al verde.
Sigrid, por su parte, aparece ante los lectores con una larguísima túnica talar, hasta los pies, de manga larga, por supuesto, y cuello bien ajustado, asegurada a la cintura con un largo cíngulo que cuelga también hasta los pies. Elaborada en paño verde. El único detalle "exuberante" es su larga cabellera rubia, peinada a la moda de Hollywood, recordando al estilismo de Katherine Hepburn, por ejemplo. 
Las figuritas que acompañan al libro en la foto de entrada de este post pertenecen a la marca "Yolanda" del grupo Comansi, que licenció numerosos personajes del tebeo y el cómic para su línea distribuida mayoritariamente a través del canal alternativo de las tiendas de chuches. Son producciones de las décadas de los 80-90 del pasado siglo, fabricadas en China, como reza en los bajos de la túnica de Sigrid. Se escogió para está corta serie la escala de los 90 mm, tomándose algunas licencias, como unificar el tamaño de los personajes, con lo que el joven y menudito Crispín se ve transformado en un adulto y Goliath pierde su proverbial envergadura. El vestido de Sigrid luce un llamativo color rosa, existiendo variantes en la gama pictórica de algunas series. Con todo eran un asequible recuerdo para un público nostálgico, alejado de las cifras astronómicas en las que se cotizan los escasos supervivientes del primitivo merchandising de los personajes de Trueno, lanzados a finales de los años 50 por la firma "Estereoplast" y que, de cuando en cuando, se dejan caer por algún conocido portal de coleccionismo en Internet.
En la foto se presenta, igualmente, el libro titulado: "El Capitán Trueno. El gran héroe del tebeo", de José Antonio Ortega Anguiano, editado por Dolmen Editorial en 2012. Su autor, todo un profesional del medio y fan confeso le puso todo su saber y cariño en esta obra, imprescindible para frikis, nivel terminal y admiradores del personaje, entre los que me incluyo humildemente. Cualquier tema o curiosidad sobre Trueno hallará respuesta en sus páginas. A destacar, por ejemplo, la relación pormenorizada y cronológica de la totalidad de lo publicado sobre este personaje desde sus orígenes hasta la actualidad. Sin duda un trabajo de referencia en su género...

Qué se puede decir, a estas alturas, del Capitán Trueno que no se haya dicho ya...
Sus aventuras han acompañado, literalmente, ha generaciones de lectores. Más allá de su universo ficticio y edulcorado, este héroe de un peculiar medievo, ha aportado referencias positivas para sus lectores. La eterna lucha entre el mal y el bien, las causas, casi pérdidas, de los más débiles por las que siempre mereció la pena combatir, las injusticias y su poética resolución a manos del inconsciente justiciero que concibió Víctor Mora, quién como un caballero andante, como un Quijote trasportado a los tiempos medievales, recorrió el ancho mundo, desfaziendo entuertos...