lunes, 25 de abril de 2022

CLAMANDO EN EL DESIERTO (1). Sobre ciertos mensajes publicitarios cuestionables y el periodismo acrítico. La nueva vida de la "casa armera GOBEO-GUEVARA" (antiguo Museo foral de Arqueología) como Residencia (para la 3a edad), ahora llamada "PALACIO DE LA BURULLERIA", en el centro histórico de GASTEIZ.

Hace unos días revisaba, como de costumbre, la prensa local, en su formato virtual. De repente, una imagen llamó mi atención. En la instantánea que acompañaba a un reportaje constaté la presencia del alcalde de la ciudad, posando junto a algunas otras personas pintosas, desconocidas para mí. Como fondo, un conocido edificio del centro histórico gasteiztarra: concretamente la fachada trasera de la llamada "casa armera de los Gobeo-Guevara", que vino a acoger hasta el pasado 2009 el antiguo Museo de Arqueología de Álava, obviamente de titularidad Foral. Leyendo la noticia en concreto, está claro que el edificio, que ya llevaba una década durmiendo el sueño de los justos, había encontrado comprador y nuevo destino.

© Diario de Noticias de Álava

Mi primera reflexión fue lo endiablada que tiene que ser la densa agenda del Señor Alcalde, al tener que estar presente en la inauguración de cualquier nuevo negocio de la ciudad. Con todo se le ve cómodo y relajado, incluso sonriente. Una actitud sin duda positiva para afrontar la complicada tarea de gestionar una urbe como Gasteiz. Mi mujer, observándome en mi ensoñación, me preguntó al respecto y me hizo ver que, quizás seguramente, el primer edil no tiene que acudir a todas las inauguraciones, sino que, probablemente, solo haga acto de presencia en las de sus correligionarios políticos, afines y amigos. Ello me tranquilizó, pensando que así tendría más tiempo para el gobierno municipal, así que me enfrasqué en el resto de la noticia...
En ella se recogen las reflexiones de la gerente de la nueva actividad, una residencia para la tercera edad, con capacidad para 24 inquilinos, decididamente de pago. Se congratula de haber superado los trámites para el nuevo uso del edificio y del resultado de la reforma, calificando a la nueva residencia como "un hotelito de lujo" y de la que recalca que "está en un edificio histórico, en el centro de Vitoria y tiene jardín privado. Es una maravilla". 
Imposible para mí no rememorar los ya lejanos años que frecuenté aquellas instalaciones, remodeladas en los años centrales del pasado siglo XX, con el característico estilo "medievalista", compartido con otros emblemáticos edificios del casco histórico, como "El Portalón" o la "Torre de Doña Ochanda". Su arquitectura exterior, de ladrillo visto y entramado de madera o los interiores, con sus pavimentos de loseta cerámica rústica y las escaleras, con su armadura igualmente lígnea y, por supuesto, el recoleto y citado jardincillo, que se señala como justo atractivo en la noticia.

La trasera de la casa armera de los Gobeo-Guevara, asomada a su jardín, a principios de los años 80. Foto tomada de la vieja guía del Museo de Arqueología de Álava, editada en 1983 por la DFA, bajo la coordinación de A. Llanos.

Mi recuerdo, en los últimos años, era no obstante, el de un jardín más "asalvajado", debido al abandono y a la falta de mantenimiento.

© El blog de Fernando Rey

Mis expectativas, con respecto a la remodelación de tan señalado rincón del edificio eran altas, puesto que además se recalcaba en la noticia. Así que me acerqué a comprobarlo en persona...

Foto del autor.

La impresión fue verdaderamente notable, tan notable como negativa, todo hay que decirlo. En mi humilde opinión una buena muestra de "brutalismo" arquitectónico a pequeña escala. Quizás el jardín original no fuera gran cosa, pero ver el solar con todos los árboles y setos arrancados, cubierto en sus tres cuartas partes por frías losas de pavimento y con un "recuerdo" de la zona verde en forma de césped artificial no dan para muchas alegrías.
Las dimensiones del solar destinado a "jardín" son bastante contenidas, unos 190 metros cuadrados, según mis cálculos con Google Earth. Si restamos las superficies de circulación, incluidas las preceptivas rampas de acceso, el "jardín" se queda ahora reducido a una cuarta parte, menos de 50 metros cuadrados, que es el espacio cubierto por el césped artificial. Me imagino a los futuros 24 usuarios de la residencia solazando el espíritu en la inmensidad de la nueva "zona verde", lo tendrán que hacer por turnos! Bueno, seguro que son las lógicas prisas por la inauguración y no me cabe duda de que, con unas macetitas el "jardín" quedará finalmente "de fenómenos" (como decía el pequeño Alex).
Seguiremos atentos.
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